José

Hubo algún tiempo de mi vida que no tenía ningún sentido, no hay mucho que pueda decir de esos días porque simplemente no lo hay. Inesperadamente conocí al trabajador nuevo de la tortillería que habían abierto al lado de la tintorería, se llama José. No soy una persona que comience a hacer amigos fácilmente pero por alguna razón nos empezamos a hablar. Yo le decía que me titularía y que algún día ya no estaría allí, él me decía que lo hiciera y que no desistiera. La verdad es que yo estaba encerrado en un mundo irreal suprimiendo mis miedos pero no enfrentándolos.

José me platicaba de su natal pueblo en Oaxaca, de cómo era su vida en el campo y cómo fue que conoció a su esposa. Me presentó a su familia: sus tres hijos y a su esposa. Así se pasaban los días en aquel entonces, José con un trabajo que le dejaba poco tiempo libre pero que cuando lo tenía compartía una coca conmigo.

Un día llegó su esposa apurada y alterada, su niñita había tenido un accidente. Ella necesitaba de él en ese momento y me ofrecí a cuidar su lugar de trabajo. Realmente no hice mucho porque regresó rápido, tenía él un sentido de responsabilidad muy grande.

El día del temblor en la ciudad salí rápido a la calle por instinto mientras veía cómo todo se movía y la gente se asustaba. La luz se fue y sin crédito en el celular ni internet no podía saber de mis papas. Me quedé con José porque tampoco sabía qué hacer, todo era inesperado y no podía dejar el local abandonado. Más tarde fuimos a su casa con su familia, todo estaba bien ahí, me pude comunicar con mis papas e ir con ellos.

Querer no fallarle a tu familia te lleva a tomar decisiones difíciles, pienso que tener tres niños que mantener es muy difícil y si encima te toca pagar renta la situación se complica. José recurrió a pedir dinero a los colombianos, el dinero era inmediato pero los intereses eran altos. También entró a las tandas con los vecinos de ahí. Era salir de un problema pero entrando a otro.

Mi mamá sabía que los vecinos no eran honestos y le advirtió sobre ello. Yo no tenía dinero para ofrecerle pero mi mamá si, le redujo los intereses pero lo condicionó a que dejara de ser así. Tenía que dejar de ser al que todo mundo le pide dinero y luego nadie le paga.

La renta y la oportunidad de algo mejor lo llevó a otros lados.

Hace poco me escribió diciendo que está en EEUU trabajando y que su familia regresó a Oaxaca. Dice que jamás olvidará todo lo que hice por él, nuestra amistad y que espera que algún día nos volvamos a ver.

No esperaba esas palabras, es difícil pensar que alguien después de cierto tiempo te tenga estima. Parece que las personas únicamente toman de ti lo que necesitan y luego se alejan para siempre. Yo le di mi amistad porque así soy pero no esperaba que aún valorara los días que pasaron.

Yo también espero que la vida nos de la oportunidad de volver a encontrarnos.

2020

Quién iba a pensar que habría una pandemia que cambiaría la vida de casi todos.

La verdad es que estar encerrado gran parte de este año en mi casa no me ha afectado como a muchas otras personas, quizá se deba a que nunca fui una persona muy sociable y extrovertida. Además me ha ayudado bastante estar con mis papas, me gusta escucharles y que me escuchen, así que completamente solo no he estado.

Este año continué estudiando coreano y chino, sigue siendo muy difícil aprenderlos pero me motiva saber que si he tenido progreso. De verdad espero algún día hablarlos con fluidez.

He vivido los días mas tristes de mi vida en noviembre cuando Sheina murió. Ahora la tristeza se ha calmado pero no puedo sentirme completamente alegre al recordarla, más adelante quizá pero hoy aún la sigo extrañando.

El mayor cambio que he tenido ha sido en mi condición física, en mayo Pablo me compartió un programa que comencé a realizar a diario y me ha servido para perder peso y ganar fuerza. Nunca me había apegado a una rutina de ejercito como ahora, llegué incluso a ir al gimnasio cuando iba a la prepa pero lo abandoné casi inmediatamente, quizá sea que puedo hacerlo en mi casa y que puedo compartir y comparar mi experiencia con Pablo.

Desde julio de 2019 tenemos una caminadora en casa en la que comencé a correr para tener condición, hasta antes de la pandemia hacía un promedio de 40km por mes y ahora con el programa de ejercicios y el tiempo que le puedo dedicar he podido hacer, por ejemplo, 100km en septiembre.

En julio decidí comprar una bicicleta plegable para llevármela a la escuela y subirla al metrobus cuando fuera necesario. Hice pocos viajes solo, algunos con mi papá y la mayoría fueron con un grupo que se reunía los domingos en el sur de la ciudad. El viaje más largo que hice fue a Teotihuacán, de ida y vuelta fueron 126km. Con la bicicleta dimensioné la condición que había adquirido, trataba de mantener el ritmo del grupo aún cuando ellos iban en bicicletas más grandes. A pesar de que me gustara mucho la plegable, necesitaba más velocidad de la que me daba y por eso la vendí. En las ultimas salidas que hice utilicé la bicicleta de ruta de mi papá, en ella pude ir mucho más rápido y con menor esfuerzo. Sin embargo, el sistema de frenado no me gusta porque es muy incomodo y la posición en la que debe uno de ir es bastante cansada; mi plan es comprar una bicicleta híbrida que me resuelva esos problemas.

En total este año he corrido aproximadamente 600km y en bicicleta hice 944km, 718km en la plegable y 226km en la de ruta.

A inicios de año, regresando de Durango pesaba como 74kg. Con los ejercicios del diario, la bicicleta y lo de correr he bajado hasta lo 67kg, 7 kilos que según los demás han desaparecido principalmente de mi cara.

Sé que lo más importante debió haber sido mi tesis, quizá si no me distrajera tan fácilmente y enfocara toda mi atención en ella la habría terminado hace tiempo. No me siento mal porque sé que estoy haciendo un trabajo decente y que de verdad escribirla me ha servido para entender muchas cosas. Tampoco he procrastinado todos estos meses, he hecho algunas de las partes más difíciles y por lo menos no estoy en ceros.

Este año también he visto más de 90 películas nuevas de las cuales 25 han sido coreanas, japonesas, chinas y de la India. Mi película favorita ha sido Her Love Boils Bathwater, una película japonesa muy triste. También ha sido el año en que vi las primeras seis películas de Star Wars, no sé por qué no las había visto antes.

Y no solo he visto películas, también he visto algunas series; me he alejado bastante de las series de EE.UU. y me he ido más a lo asiático. Aún así, una de mis series favoritas fue «Anne with an E». Casi todas las series que veo son porque tienen buenas criticas en la internet, prefiero no gastar tanto tiempo en ver algo que va ser malo, lo mismo me sucede con los animes, de los cuales el mejor que vi es Fullmetal alchemist brotherhood y ahora es uno de mis favoritos.

La verdad leí muy pocos libros este año pero disfruté leer en agosto The Rise of Kyoshi. El próximo año me gustaría leer más, mucho más.

Casi siempre escucho las mismas canciones, no son pocas pero raramente añado nuevas canciones a las listas que tengo. Este año parece que me la he pasado escuchando más chino que otras cosas. Mi canción favorita hasta ahora es:

花火 – Fuegos artificiales

También he vuelto a escribir en el blog. Tengo muchas entradas de mi sitio anterior que cuando las he leído me transportan a esos momentos. Me gusta.

Espero que el 2021 sea un mejor año para todos.

Sheina

Amiga mía, hoy es el día más triste de mi vida. Ha llegado el momento de separarme de ti, de despedirme y dejarte descansar. Siempre supe que cuando este día llegase yo lloraría por ti, porque me es difcil imaginar mi vida sin que tú estes.

Mono, ¿te acuerdas que te decíamos monito? sabes, quiero darte las gracias por cambiar mi vida, por volverla mejor en todos sentidos; estoy seguro de que si tú no hubieras llegado a mí yo me hubiera sentido desolado muchos días. Estabas ahí cuando no había nadie junto a mí, podía abrazarte y sentir tu pelo suave, sabía que podía llorar frente a ti y sentirme aliviado, porque tenerte cerca me hacía sentir así.

En noviembre de 2013

Me sentía feliz contigo.

El día que tuviste que ir con mi hermana me sentía incompleto. Todas las noches dormías cerca de mi y cuando despertaba de noche, sabía que estabas ahí, roncando o soñando pero estabas ahí. El día que te fuiste y yo despertaba, me consolaba el pensamiento de que estabas en un lugar más apto para tu vejez, pero te seguía extrañando.

Tengo impreso en mi memoria el día que llegaste a nosotros, a mi; por un capricho de mi hermana fuimos con tú mamá y te elegimos a ti. Camino a casa venías en una caja de cartón en el auto nuevo que habían comprado mis papas y que tú vomitaste, así eras tú mi vida, un desastre. Tu primer noche con nosotros llorabas cuando todos dormían, quizá porque extrañabas a tu mamá; tu cama estaba junto a la mía y yo bajé mi mano para acariciarte, eso te hizo sentir mejor porque dejaste de llorar.

En noviembre de 2007

¿Cuántos días habrán sido así para ti? Siendo acariciada, recibiendo piojito o cuando te hacíamos cosquillas y por reflejo te rascabas con tu patita trasera.

No sabes cuanto te voy a extrañar, no habrá día en mi vida en el que tú no estes presente de alguna manera porque, a tú modo, llegaste a cambiarme a mi y a toda la familia.

Mi mamá que no soportaba la idea de tener un perro cambió por ti, ese primer día que llegaste en una caja sin que ella se te acercará demasiado, se convirtió en días donde permitió incluso que durmieras en los sillones.

Tú recuerdo prevalecerá como marcas físicas que dejaste en tu casa. Sabías andar por cualquier rincón de este lugar, subir y bajar escaleras, ir al baño a donde habías aprendido y que con los años ya no te daba tiempo para llegar. Aún tenemos ese comedor que mordiste cuando eras una cachorrita, las patas de las sillas llevan las marcas de tus dientes de los días en que peleabas con ellas. De entre los juguetes que tuviste me viene a la mente el pato amarillo con el que jugabas, también aquel chango café, que era de mi infancia, con el que te divertías a mordidas.

En enero de 2014

Cuando te pedíamos la patita nos la dabas y cuando decíamos «la otra patita» cambiabas de patita obedientemente. Jugabas a perseguir el trapeador o la escoba. Cuando orinabas casi escalabas el árbol con las patas de atrás o alzabas una pata como macho. Cuando te acercabas al cancel y llorabas porque veías a tu amor platónico en la calle, hasta que un día escapaste y tuviste perritos de él, dos no se lograron al nacer y los otros dos crecieron con otras familias pero lamentablemente no vivieron como tú.

Es imposible hablar de ti sin mencionar que ladrabas mucho, defendías lo que era tuyo y ladrabas a cualquier extraño que se te acercara. Era difícil controlarte, me desesperabas a veces, pero ahora es muy triste saber que jamas volveré a escuchar tus ladridos fuertes y agudos.

A tu peculiar forma de correr cuando te emocionabas le pusimos «cangurear» porque parecías un canguro que saltaba al jugar.

Ahora quedaran vacíos todos esos suéteres tuyos que usabas; el suéter café de monje, el de esqueleto que usabas el día de muertos, el rojo de Santa Klaus, el que tenía cosidos pequeños schnauzer y que rompiste por jugar con tu espalda en el suelo.

En diciembre de 2014

Tuve la fortuna de ir contigo a la playa y verte atravesar en lancha el mar de Zihuatanejo. Allá donde preguntaba el lanchero por ti con tu nombre un poco modificado: «¿dónde está Sheila?» decía. Mas grande pudiste volver a pisar la arena y mojarte en agua salada cuando fuiste de paseo con mi hermana. Te gustaba sacar tu cabeza por la ventana del carro y sentir el aire, ladrarle a los que venden cosas en los semáforos y esconderte debajo del asiento cuando te quedabas solita.

Fueron tantas las cosas que hiciste por mí y por mi familia que no me alcanzan las palabras para expresarlo. Sin embargo, no te conformaste con nosotros y alegraste la vida de quien probablemente más lo necesitaba en ese momento. Nahla.

Cuando Nahla llegó a casa tú tenías unos 6 años, 6 años de vivir como nuestra única amiga peluda y aceptar a Nahla te costó varios días, dejaste de comer y no te acercabas porque te sentías desplazada o Nahla no te caía bien en ese momento. Con el tiempo ella te fue ganando porque, aceptémoslo, Nahla es un amor también y se ganó tu corazón. Volviste a sentir algo nuevo y te fuiste convirtiendo en su mamá.

Estoy seguro que Nahla también te recordará, quizá como un olor familiar o cuando escuche un ladrido como el tuyo, no sé, pero sé que te quería. Todo mundo te quería mi vida. Todos.

Me duelen mis ojos de llorarte tanto, sé que debería estar feliz por haber tenido la dicha de ser tú amigo, de que me dejarás conocerte.

En febrero de 2013

No te gustaba que te cortaran las uñas ni que te cepillaran el pelo enredado y tampoco te caía bien Uma. Ella me recuerda mucho a ti, también le ladra a quien no le cae bien, ha mordido al señor que trae el agua y también juega mucho con su espalda y su juguete. Quizá por eso no se llevaban bien, porque eran muy parecidas.

Presencié el cambio que tuvo tu pelo, cuando se te comenzaron a caer los dientes y dejaste de escuchar bien. Siempre que caminabas lejos cuando íbamos a CU u otro lado te aplaudíamos para que vinieras y lo hacías, eras muy inteligente.

En abril de 2014

Superaste tus tres operaciones, cuando eras bebé llegaste con una hernia y cuando te recuperabas estabas enrollada en una venda; casi al final de tus días tuviste otras dos operaciones que no te vencieron. Fue algo en tu sistema nervioso lo que complicó todo pero tú no te rendiste. Sin embargo, tenerte así implicaba que sufrirías mucho y nosotros también lo haríamos al verte en ese estado. Tuvimos que hacerlo por tu bien, Andrea fue muy valiente por estar ahí contigo, ella fue quien vio por ti al final.

Vamos a hacer algo que dure mucho tiempo para que nos admiremos de verlo. Voy a trenzar una cadena con tu pelo y colgarla de mi cuello. Y que así me abrigue el pecho y conservarte en formol, meterte al congelador o guardar todas tus uñas en un frasco de cristal. Cómo puedo conservar lo que no puedo controlar si los dioses son propicios y no me retiran su favor.

Adiós mi amor, descansa porque te lo mereces. Nos diste 14 años de muchas alegrías, me hiciste alguien diferente y siempre te voy a llevar en mi corazón. Te amo y lloro por eso, porque me va costar vivir sin ti. Sé que después sonreiré con tu recuerdo, gracias por todo Sheina.

El de las tortillas

Cerca de mi casa hay una tortillería en la que trabajaba un chavo que se llamaba Daniel.

Cuando me tocaba ir a comprar tortillas platicaba con él pero mi papá era quien se llevaba mejor con Daniel.

En la época que trabajaba en la tintorería de mi mamá pasaba frente a la tortilleria por las mañanas y saludaba a Daniel, siempre me pareció que era un poco enojón pero buena onda al fin y al cabo.

Al lado de la tintorería había también otra tortillería donde trabajaba José, alguien que se volvió mi amigo. La tortillería donde trabajaba José pertenecía a una empresa que se dedicaba a la siembra del maíz, transporte, molino y la venta de tortillas, era una empresa grande y José tenía sus prestaciones y ganaba de acuerdo a su producción y venta.

La tortillería donde trabajaba Daniel era más bien un negocio local con pocas oportunidades de progresar. Un día Daniel me dijo que se iba a salir de trabajar de ahí porque no le alcanzaba y yo pensé inmediatamente en José, le comenté a Daniel que al lado de donde yo trabajaba había otra tortillería que le ofrecía un sueldo similar pero donde podía tener prestaciones y si estudiaba tendría oportunidad de escalar posiciones. A Daniel le pareció una buena propuesta y José le arregló una reunión con su supervisor.

Daniel renunció a su empleo y se presentó con el supervisor de José. Al supervisor no le pareció mucho que Daniel tuviera tatuajes en sus brazos pero hizo una excepción y lo volvió a citar otro día para hacerle una prueba de desempeño.

Daniel no volvió.

Deje de ver a Daniel por un largo tiempo hasta que un día fui a la segunda tortillería que más frecuento. Resulta que son una serie de tortillerías esparcidas por la colonia y Daniel regresó a trabajar para ellos. Igualmente volví a dejar de verlo porque lo movieron a una de estas otras tortillerías.

Hace unas dos semanas Daniel estaba afuera de la tortillería que atendía, no tenía gente y solamente estaba afuera parado, viendo, oyendo, respirando, estaba ahí.

Un instante después Daniel estaba muerto.

Un sujeto le dio cuatro balazos cuando Daniel estaba ahí parado. Lo confundieron con otra persona, no se llevaron dinero ni le quitaron otra cosa más que su vida.

Mi papá se ha puesto triste porque se llevaba bien con él, cuando compraba tortillas preguntaba por él y le decían que ahí la llevaba, Esta última vez que preguntó le han dicho esto que he escrito.

Cuando dejo de ser ella

Hace unas tres semanas deje de ver a Cristina porque simplemente dejo de ir a clase.

Cristina es una chica que es alegre, sonríe a menudo, le gusta participar y preguntar.

Cuando pasaron cuatro clases sin ella, un compañero me preguntó lo que yo tampoco sabía. ¿Dónde está Cristina?

La tarde de ese día le escribí un mensaje -¿estas bien? y ella me contestó -no.

Pregunté -¿puedo saber por qué?

Cristina me contestó con un gran párrafo que contenía mucho dolor y amargura. Habían matado a su mejor amigo.

Me quedé suspendido sin saber qué contestarle. Le dije que no podía entender el dolor y sufrimiento que estaba teniendo porque yo nunca he pasado por algo igual. Ella me dijo que me cuidara de este mundo horrible.

Me sentí triste porque sus mensajes no alcanzaban a reflejar todo el dolor que ella tenía, porque recordé que en un instante de mi vida también pude perder a mi familia y aunque no sucedió se siente fatal y no hay palabras que puedan expresar lo que siente uno.

Hoy Cristina decidió regresar a clase.

Cristina se ve mucho más delgada, tiene un semblante triste, sus ojos ya no tienen el mismo brillo y su sonrisa parece haberse apagado.

Cristina ha dicho que le han robado el alma.

Al terminar la clase la acompañé a su casa. La vi llorar. Sé que sus lagrimas venían desde lo más profundo de su corazón; lloraba con mucho sentimiento y mis ojos se cristalizaron porque hacía mucho tiempo que no percibía el dolor de alguien de esa manera. Extraña mucho a su amigo.

Cristina se quiere morir.

Todo el mundo a su alrededor le ha dicho que sea fuerte, que debe continuar, que su amigo no hubiese querido que ella esté así. Sin embargo ella sabe que él no regresará jamas.

Una parte de Cristina ha dejado de existir.

¿Qué más podía decirle yo que no le hayan ya dicho los demás? Solo le di un fuerte abrazo y se fue.

Breve historia de mi blog

Han pasado casi ocho años desde que decidiera abrir por primera vez un blog, sí, mi blog, aquel en el que he escrito y descrito tanto de mi, ese blog que me ha visto en muchos de mis peores momentos y donde es posible conocer a un Miguel diferente; quizá a uno más emotivo, aunque también a uno más dañado.

La historia de ese espacio se remonta a mi época en la preparatoria, a una de esas tantas mañanas de escuela en la que súbitamente el tiempo se detuvo y todo se convirtió en una profunda tristeza y desesperanza, lo sé, aquel día me habían roto el corazón. Un amor no correspondido me llevó a escribir como una forma de desahogo, de hecho, el inicio de mi blog está saturado de aquellos sentimientos que solamente pudieron ser diluidos con el transcurso del tiempo y fue precisamente esa dilución la que redujo mi frecuencia de escritura pues de cierta manera la tristeza me motivaba a redactar con gran avidez, pero cuando todo volvió a la calma, no encontré más que contar.

Nuevamente el mismo tiempo trajo a mi esas sendas plagadas de dolor y amargura, a decir verdad cada uno de estos periodos en el blog está reflejado por un conjunto de entradas que hablan sobre estas desventuras. Por otro lado, no todo lo que pasaba era malo, todas esas publicaciones me dieron una gran amiga a cambio, fue lo mejor que el blog pudo haberme regalado, alguien que me comprendiera.

Ha pasado mucho tiempo desde la ultima vez que escribí algo de mis sentimientos por alguien, debido a esto mi blog quedó completamente en el olvido por varios años y aunque traté de rescatarlo, no pude, no hasta hace poco menos de un año que finalmente me decidí de verdad a escribir y revivirlo, sin embargo no ha sido como yo había esperado, por eso creo que es momento de despedir el blog y que mejor manera que haber recordado una parte de mi historia a través de el.